No hay unanimidad sobre si existen o no técnicas concretas que estimulen el proceso creativo. Si te enfrentas a un proyecto nuevo, a la redacción de un post, a la creación de un logo… quizás estas ideas estimulen tu creatividad. 

 

¿En que consiste?

No es cierto que todas las personas creativas o que se enfrentan a desafíos nuevos utilicen técnicas como brainstorming o mapas mentales. Mucho antes de estas técnicas los creativos resolvían sus desafíos sin utilizarlas.

Desde el punto de vista psicológico casi todas las técnicas se basan en una serie de principios que vamos a ver a continuación.

 

¡Caramba que coincidencia!

La primera es bastante sencilla se llama “asociación libre de ideas”. Consiste en anotar, dibujar, expresar todo lo que se te ocurra. No evalúes, déjalas salir, aunque te parezca que no tienen nada que ver con el tema.

Existe un proceso psicológico interno que te mantiene conectado al problema sin tu saberlo. El inconsciente te manda continuamente material relacionado con tu problema. Las coincidencias no existen, haz bocetos, esquemas; estos, a menudo, guardan el germen de la solución. 

 

Darwin y El origen de las especies

Hay un caso interesantísimo que me ha llamado mucho la atención, lo que el historiador de arte Horst Bredekamp ha demostrado en un análisis de los dibujos realizados por Charles Darwin.

En las notas que dieron lugar a la redacción de “El origen de las especies”, Bredekamp afirma que los bocetos de Darwin son una dimensión del proceso de pensamiento, tan importante como sus escritos. En palabras del autor: “La imagen no es un derivado ni una ilustración, sino un medio activo en el proceso de pensamiento”.

 

Piensa en imágenes

A menudo se ha demostrado que las personas que dibujan o visualizan imágenes movilizan su inteligencia y logran plasmar en el papel más de lo que puede expresarse en un concepto.

Nuestro cerebro trabaja con imágenes, nuestro sueños se producen en imágenes no en conceptos. Antes del pensamiento racional, incluso antes del lenguaje, están las imágenes.

Dibuja, garabatea, haz esquemas, estudia las imágenes que te han surgido, en ellas se esconde la solución al problema.

 

Cuéntame un cuento

Ahora huimos del mundo de la imagen y entramos en el bosque de la narración. Deja que las palabras te lleven. Déjate mecer por la música de las frases, de las máximas, de los cuentos. A veces las puertas del reino se abren con una metáfora, escúchalas. 

Inventa un cuento sobre tu proyecto, una melodía o incluso el uso de refranes que puedas aplicar para describirlo. 

 

Desmonta el Meccano

Lo normal es que tu desafío pueda ser desmontado en “piezas”. Tomalas por separado y crea asociaciones distintas, juega a crear sus contrarios, a modificarlas y a unirlas de distinta forma. Esto te ayudará a cambiar de enfoque, a adoptar otro ángulo, a veces grotesco o gracioso que permita relajar y liberar las ideas.

Todo este proceso de ir en contra de las normas crea nuevas ideas, nuevos enlaces que enriquecen el primer boceto.

Todos estos principios no tienen otro fin que liberar la imaginación. Construyen un camino hacia la creatividad. El proceso creativo, sigue siendo una incógnita. Apenas si conocemos una pequeña parte de todo el proceso, por ello no hay que tomarse las “técnicas de creatividad” demasiado en serio.

 

Nachmanovitch y la improvisación

No todo es ciencia y estudios neurológicos, los artistas también han dedicado mucho tiempo a estudiar e investigar sobre la creatividad. Concretamente este violinista, compositor, escritor y profesor que fue pionero de la “música intuitiva”.

La «Música improvisada» nació en la década de los 70 y desde entonces,  Nachmanovitch, se ha dedicado a investigar como se crea. El autor, cuenta en su libro «Free Play», que no le interesan las técnicas de creatividad, solo sirven para superar bloqueos, pero no llegan a la raíz, a la fuente de la creatividad. En su opinión “el proceso creativo es un camino espiritual”.

«La improvisación, como experimento lúdico, es la recuperación en cada uno de nosotros de la mente salvaje, de nuestra mente original de niños.”. Nachmanovitch.

«Una vida creativa es una cuestión riesgosa. Seguir el propio curso, no trazado por los padres, por nuestros pares o por las instituciones, implica un delicado equilibrio de tradición y libertad personal, un delicado equilibrio de ser fiel a uno mismo y permanecer abierto al cambio«. Nachmanovitch.

 


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